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UDLA - ACNUR
Una fería de alegría, emprendimiento y diversión
Día Internacional del Refugiado
En medio de alegría, color y música, se llevó a cabo la Feria por el Día Mundial del Refugiado. El viernes, desde temprano, ciudadanos de diferentes nacionalidades, especialmente colombianos y sirios, llegaron a las inmediaciones del Parque Julio Andrade Marín, en donde los esperaban 13 carpas en las que instalaron sus stands con cada uno de los productos tradicionales de sus países.
Animándose con música tropical, cada una de las familias e integrantes de la feria, empezaron a ponerle calor a la mañana quiteña e invitaban a los transeúntes para que los visiten con motivo de conmemorar esta fecha especial. Este día, los refugiados mostraron su talento en la confección de pulseras, collares, entre otras artesanías, pero también sus dotes culinarios, en la preparación de postres y bocaditos propios de cada país.
A medida que transcurría la mañana, la prensa llegó. Entre risas y curiosidad, los expositores trataban de mostrar serenidad, previo a ser entrevistados. No faltó alguno, especialmente entre los colombianos, que dijo: “vaya china, que usted sirve para hablar, a mí que no me saquen”.
La feria tuvo como uno de sus puntos de atracción el número musical preparado por los colombianos, se cantó y se bailó vallenatos. Luego hubo bailoterapia, una forma de colaborar con los refugiados y de paso una alternativa para despejarse y divertirse. Una bailarina colombiana tomó el mando del baile y a ritmo salsero, puso a mover a los visitantes, entre los cuales participaron ecuatorianos y extranjeros que pasaban por la feria.
En medio de alegría, se cerró esta feria que conmemoró este día que es poco conocido por la ciudadanía, pero ques es disfrutado y aprovechado al máximo por miles de refugiados en todo el país, quienes lo ven como un momento de esparcimiento y de diversión en medio de su situación.